domingo, 16 de agosto de 2009

Preguntas sobre la industria forestal

¿De dónde proviene la madera que se usa en el país?

De acuerdo al Instituto Forestal, el 97% de la madera que se elabora industrialmente en el país proviene en las plantaciones forestales y sólo un 5% del bosque nativo se destina a un uso industrial y el resto es para leña.


¿Cuáles son los principales usos de la madera proveniente de plantaciones?

Fabricación de celulosa, madera aserrada, tableros de diversos tipos, muebles, partes y piezas de estos y molduras, entre muchos otros productos.


¿Qué especie es la más utilizada?

La más usada es la madera de pino radiata y luego eucaliptos.


¿Se usa madera nativa para fabricar astillas?

Si bien durante algo más de 10 años se usaron especies del bosque nativo para elaborar astillas, las que se exportaron principalmente a Japón, hoy la totalidad proviene de madera de plantaciones –pino y eucalipto–, empleándose madera de baja calidad.

En términos ambientales, ¿se puede comparar la madera con sus sustitutos?

La madera no tiene comparación con los productos que la pueden sustituir. En primer lugar es renovable, no así los metales. En segundo lugar, la energía que se utiliza durante la fabricación de los productos de madera –desde su extracción hasta uso final–, es mucho menor comparada con los productos sustitutos, con lo que se protege el medio ambiente. Por ejemplo, el ladrillo y el concreto consumen 3 veces más energía, el acero 17 veces y el aluminio 70 veces más que la madera.

Mientras los bosques plantados con especies forestales captan el CO2 de la atmósfera convirtiéndolo posteriormente en oxígeno, los metales u otros materiales sólo lo emiten y además en volúmenes considerables, contribuyendo a incrementar el efecto invernadero, considerado como uno de los mayores problemas ecológicos del planeta.


¿Qué ventajas tiene el construir en madera?

A través del uso de un método industrializado de construcción de viviendas en madera es posible obtener las máximas ventajas del material como son:

• Fácil traslado, el que puede hacerse por partes -están prefabricadas-, lo que disminuye los costos de transporte y montaje.
• Alta resistencia a los sismos.
• Mayor aislamiento térmico.
• Mejor calidad de vida.
• Mejor comportamiento de su estructura frente a incendios, ya que las vigas no colapsan como el acero.
• Resistente a la corrosión.
• Menor costo de su estructura, ya que las vigas de madera tienen menos peso que otros materiales y se pueden usar grandes luces.

Preguntas de la madera y medio ambiente

¿Las plantaciones causan daño al medio ambiente?

No. Los bosques plantados están formados por árboles, que son individuos naturales que se desarrollan en armonía con la naturaleza. Una especie no causa daño al medio ambiente por sí sola. En algunos casos, malas decisiones acerca del aprovechamiento del recurso pueden provocar efectos negativos en el entorno natural.

Para evitar que el recurso se deteriore, las plantaciones se basan en un manejo forestal o silvícola, que es la aplicación de técnicas destinadas a obtener el máximo rendimiento de las tierras forestales y de sus productos en forma permanente y sin agotarlas.


¿Por qué se dice que las plantaciones forestales han ayudado a combatir la erosión?

Porque los árboles interceptan gran parte de las gotas de lluvia en su copa y follaje, las que se deslizan lentamente por los troncos, evitando su impacto sobre el suelo y lo protegen del viento y del agua. Asimismo, el agua no escurre y se infiltra, llegando a las napas subterráneas en las que se acumula. El 92% de los bosques de pino radiata que existen en el país se han plantado en suelos que presentaban algún grado de erosión.


¿Es efectivo que el Pino radiata daña el suelo?

No. Uno de los elementos sobre los que se basa esta errónea afirmación es señalar que el Pino radiata acidifica el suelo y por lo tanto no pueden crecer otras especies.

El grado de acidez de un suelo, medido a través de su pH, es una característica de éste y existen árboles que por condiciones naturales crecen en suelos más ácidos que otros. Un suelo con mayor o menor acidez no es un factor negativo en sí y no daña el suelo. No obstante, tanto los bosques nativos como los plantados con pino radiata en Chile tienen suelos con pH similares.

Luego de una cosecha de Pino radiata el suelo queda en muy buenas condiciones, por lo que incluso se pueden elevar los rendimientos de trigo y diversos cultivos agrícolas que se obtienen en otros suelos. Por esta razón, muchos agricultores solicitan a las empresas sembrar trigo en esos suelos.


¿Es efectivo que el eucalipto seca los cursos de agua?

No. Estudios han determinado que tanto el eucalipto, el pino radiata y el bosque nativo tienen similar capacidad de absorción de agua del suelo, de acuerdo con el crecimiento en volumen de madera de cada uno de ellos. Pero en general, los bosques de pino y eucalipto en Chile se ubican en zonas de alta precipitación, por lo que el consumo que hacen en el proceso de fotosíntesis no altera las napas que llegan a los cursos de los ríos.


¿Cómo contribuyen las plantaciones forestales a mejorar la calidad del aire?

Las especies de rápido crecimiento capturan una cantidad considerable de anhídrido carbónico, CO2, liberando oxígeno a la atmósfera a través de la fotosíntesis. Cada hectárea de Pino radiata en pleno crecimiento captura alrededor de 9 toneladas de CO2 al año.

En Chile, las plantaciones existentes de Pino radiata capturan anualmente un total cercano a las 13,5 millones de toneladas de CO2, lo que contribuye a disminuir el llamado "efecto invernadero".

Los bosques absorben CO2 en proporción a su metabolismo, por lo que las especies de rápido crecimiento capturan más anhídrido carbónico que los árboles de crecimiento más lento.

Los árboles maduros o moribundos, junto con absorber CO2, también lo emiten en el proceso de descomposición.

Antecedentes de la madera en general

Antecedentes Generales

Situado en la costa del Océano Pacífico, Chile se distingue en el mapa de América del Sur por ser el país más largo del continente –sus 4 mil 300 kilómetros de longitud equivalen a la distancia entre Madrid y Moscú– y también el más estrecho, con no más de 190 kilómetros de ancho entre cordillera y mar.

Casi la mitad de la superficie continental del país de 75,7 millones de hectáreas, cuenta con potenciales aptitudes forestales y posee vigorosos bosques naturales característicos de zonas templadas y frías, y plantaciones de Pino radiata y eucalipto –especies llegadas desde Estados Unidos y Australia, respectivamente– realizadas por el hombre que constituyen la base del desarrollo forestal. En más del 90% de los casos estas plantaciones se han establecido en suelos descubiertos y erosionados, prestando una enorme contribución ecológica al recuperar suelos degradados.

En total, de las 16 millones de hectáreas aproximadas de bosques con que cuenta el país, sólo un 13,5% corresponde a plantaciones forestales destinadas a la producción de madera, y el resto son bosques nativos en distintos niveles de desarrollo, que en su gran mayoría se encuentran en terrenos privados o públicos bajo protección, tanto por la fragilidad de sus suelos como por las altas pendientes o su cercanía a quebradas y cursos de agua, y no son utilizados productivamente.

Es necesario destacar que los bosques naturales chilenos no están en peligro de extinción, ya que junto con ser casi 7 veces superior a la superficie de plantaciones, el 18% de las zonas en que crecen corresponde a Areas Silvestres Protegidas por el Estado, una de las superficies más altas del mundo en proporción al territorio del país y a su población, lo que asegura la conservación de más de 3,8 millones de hectáreas de bosques nativos.


Bosque Nativo

Gracias a su compleja geografía y variadas condiciones climáticas, Chile posee una gran diversidad de bosques naturales, donde resaltan la familia del Roble (género Nothofagus) y algunas especies coníferas, características de zonas templadas y frías.

En el pasado, los bosques naturales eran objeto de un aprovechamiento conocido como "floreo", que consistía simplemente en la extracción de los mejores ejemplares, produciendo paulatinamente el deterioro del bosque.

Hoy, el Estado chileno es responsable de la conservación del patrimonio silvestre y de la protección de la flora y fauna a través de la Corporación Nacional Forestal (CONAF), institución presente en todo el país para velar por el cumplimiento de las leyes que regulan el manejo forestal y protegen los bosques. CONAF administra, además, el patrimonio estatal de 14 millones de hectáreas de Areas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), que representa más del 18% del territorio nacional e incluye grandes extensiones de montañas, glaciares, lagos y bosques, asegurándose de este modo la protección y conservación de la cuarta parte de los bosques naturales del país. Conozca la superficie y tipo de bosque de Chile en Catastro y Evaluación de los Recursos Vegetacionales Nativos de Chile.

Además del bosque nativo que es protegido por el Estado, el país tiene bosques naturales potencialmente productivos que están en terrenos privados, los que hoy se consumen en forma de leña y se extraen sin consideraciones ambientales ni de sustentabilidad del recurso, por lo que el desafío es lograr su utilización en forma regulada y sostenible en el tiempo, lo que significaría también ingresos para los miles de pequeños propietarios de este recurso.


En la actualidad la apertura de mercados a las maderas nativas y el creciente interés público por la conservación de las especies, ha mejorado las técnicas de aprovechamiento, generalizándose la corta selectiva, el árbol semillero, corta de protección y otras, ya no en experiencias pioneras y superficies experimentales, sino en grandes extensiones en el extremo sur del país, como las regiones de Los Lagos, Aysén y, particularmente, en la Región de Magallanes, donde se han desarrollado experiencias de manejo silvícola en gran escala. Quien desee obtener beneficios del bosque nativo hoy, aunque sea de su propiedad, está obligado por la ley a que un ingeniero forestal elabore un plan de manejo que garantice la sustentabilidad futura del bosque, el que será evaluado por CONAF, que en última instancia debe aprobar el plan de manejo y fiscalizar su cumplimiento.


Plantaciones Forestales

Las plantaciones forestales en Chile se han desarrollado como una industria sustentable que provee de la materia prima para las necesidades de la población, a través de múltiples productos que son usados en la vida cotidiana.

Tras décadas de sostenido crecimiento, Chile tiene hoy un patrimonio de 2,1 millones de hectáreas de plantaciones forestales, consistentes principalmente Pino Radiata o Insigne y Eucaliptus, aunque también existen superficies de menor extensión plantadas con Alamo, Pino Oregón, Raulí, Atriplex forrajero, Tamarugo y otras especies.

Aunque las plantaciones forestales cubren menos del 3% del territorio nacional y representan poco más del 13% del patrimonio de bosques del país, abastecen el 97% la industria forestal, con lo que han contribuido indirectamente a proteger el bosque nativo de la corta excesiva, ya que abastecen prácticamente toda la demanda de la población. Esta industria es uno de los mejores ejemplos de desarrollo sustentable, dado su carácter renovable y la optimización del uso de la tierra que representan en relación a cultivos anuales.

En el país, la ley obliga a reforestar todo lo que se corta en el plazo de dos años. La tasa de plantación de los últimos años supera ampliamente a la de cosecha, de modo que por cada árbol cortado, se plantan alrededor de dos. En los últimos 35 años se ha verificado una extensión sostenida del patrimonio de bosques realizados por el hombre; si a mediados de los setenta había 300 mil hectáreas de cultivos forestales, ahora esta cifra se ha multiplicado por siete.

En este sentido, además, es interesante tener en cuenta el valioso aporte ambiental que realizan los cultivos forestales formados por el hombre, en especial para combatir dos de los principales problemas ecológicos de la actualidad: el efecto invernadero y la erosión. Una hectárea de Pino radiata o Eucalipto absorbe 9 toneladas anuales de carbono de la atmósfera y las transforma en oxígeno, disminuyendo las consecuencias del efecto invernadero.

Por otro lado, los cultivos se han establecido en un 90% sobre suelos erosionados, sin cobertura vegetal, arenosos o agotados por las prácticas agrícolas y ganaderas, recuperándolos definitivamente para la vida y la producción de bienes para el hombre. El Pino radiata no produce efectos dañinos sobre el suelo y son excelentes interceptores de las aguas lluvias, debido a su follaje permanente y a su gran superficie foliar, siendo muy eficientes para impedir el arrastre de sedimentos hacia los cursos de agua, lo que es originado por la erosión.

Las dos especies más importantes en las plantaciones forestales chilenas son el Pino radiata y el Eucaliptus Globulus.

La ruta de la madera

En los siguientes links apareceren videos en los cuales se les mostrara noticias sobre la ruta de la madera.
-http://www.youtube.com/watch?v=M54Kgilpfn0
-http://www.youtube.com/watch?v=UwDk-M44G9w
-http://www.youtube.com/watch?v=GviTWXXc-no
-http://www.youtube.com/watch?v=v6sX2CsCc78

sábado, 15 de agosto de 2009

CORMA, El protector de la madera

La Corporación Chilena de la Madera, CORMA, es una asociación gremial que reúne a cerca de doscientas empresas, ejecutivos y profesionales relacionados con el sector forestal privado de Chile.

Fundada el 15 de abril de 1952, su misión es representar al sector forestal privado ante las autoridades, diversos organismos nacionales e internacionales y la opinión pública, así como promover y contribuir al desarrollo de la industria.

En esta asociación están representadas las principales empresas de celulosa y papel, de tableros y chapas, de aserrío, remanufactura y forestación, las que cubren el noventa por ciento de las exportaciones forestales de nuestro país y trabajan mancomunadamente con el propósito de incrementar las potencialidades de los recursos forestales y lograr un desarrollo armónico y sostenido de la industria, objetivo representado en el lema de la institución "Chile, País Forestal".

En los últimos años, CORMA ha prestado una especial atención a informar a la opinión pública acerca de la actividad forestal, educando a la ciudadanía sobre la significación económica, social y ambiental del desarrollo forestal chileno y se encarga de promover estudios e investigaciones con el fin de incrementar su conocimiento. Asimismo, se ha orientado a la participación en el análisis y definiciones de política forestal, así como en los temas ambientales, silvícolas, económicos e institucionales que afectan los intereses del sector.

A nivel interno, la CORMA es un ente de coordinación entre todos los actores asociados a la industria para la realización de actividades comunes, entre las cuales se cuentan la promoción del sector, el desarrollo social, ambiental y sostenible de la industria.

Estos propósitos se traducen en actividades y gestiones concretas, como por ejemplo, acciones orientadas a resolver problemas derivados del comercio de productos forestales en el mundo; participación activa en los planteamientos sectoriales para la firma de tratados de libre comercio; y en el ámbito fitosanitario, en el control y manejo de plagas que puedan afectar al sector.

En el aspecto medioambiental, CORMA difunde entre sus socios la certificación de manejo forestal sustentable a través de la coordinación de diversas actividades de información y promoción, como seminarios y reuniones de trabajo, así como entrega asesoría a las empresas que están interesadas a obtener la certificación.

Otro aspecto relevante en la actuación de la Institución es relacionar a los representantes de la industria forestal privada en Chile, tanto entre sí como con sus pares extranjeros. Con este motivo, cada dos años se realiza en el recinto ferial que la organización posee en la Región del Bío-Bío, la exposición Expocorma, una gran feria forestal internacional que se ha constituido en una gran vitrina del desarrollo forestal chileno y en un importante centro de negocios y encuentro de empresarios forestales y madereros en América Latina. También en esta instancia se promueve la cultura forestal, a través de la realización de los torneos madereros, un evento que reúne a los trabajadores de diversas empresas forestales en torno a diferentes competencias.

También se efectúa el Encuentro Internacional Forestal, Maderero, Celulosa y Papel, en el que participan destacados profesionales nacionales y extranjeros en múltiples seminarios que permiten conocer de primera fuente los temas que hoy están a la vanguardia en el mundo.

Cada año, la Corporación Chilena de la Madera entrega los Premios CORMA, que distinguen a personas que se han destacado por su aporte a la actividad forestal y la promoción de su desarrollo desde distintos ámbitos.

En lo que se refiere a su organización y funcionamiento, CORMA tiene una estructura nacional con sede en Santiago de Chile y cuatro sedes en el sur del país, en las regiones del Maule, del Bío- Bío, de La Araucanía y de Los Ríos-Los Lagos.

La principal instancia de dirección es el Consejo Directivo Nacional, seguido por el Comité Ejecutivo, que resuelve todos los temas relacionados con el cumplimiento de los programas anuales y los objetivos de la Corporación, y la Mesa Directiva, responsable de la gestión institucional y formada por el presidente, vicepresidente y el vicepresidente ejecutivo de la Institución.

Una vez al año se lleva a cabo la Asamblea General de Socios, donde los miembros activos establecen las grandes orientaciones de la institución y se aprueba la gestión administrativa y presupuestaria.

De acuerdo a las distintas áreas de la actividad forestal, los asociados se agrupan en Departamentos que se reúnen en forma regular para analizar diferentes materias de interés:



En el ámbito de la administración de la Corporación, CORMA está dirigida por un Gerente General e integrada por diversos profesionales, entre los que figuran ingenieros forestales, periodistas, asesores jurídicos, contadores y administrativos, en su sede nacional y en las sedes regionales.

La madera y el medio ambiente

La Corporación Chilena de la Madera reúne entre sus socios a empresas forestales que representan alrededor del 85% del total de la producción del país, las que están comprometidas con el desarrollo sustentable, principalmente en aquellas regiones donde se encuentra su actividad productiva y en las que contribuyen en diversos ámbitos como la educación, medioambiente y responsabilidad social empresarial.

En el aspecto medioambiental, una importante labor se ha desarrollado para promover la certificación forestal del sector, especialmente apoyando a los medianos y pequeños propietarios para que logren las condiciones para certificar sus procesos, lo que les permitirá demostrar que su madera se obtiene en un proceso sustentable y obtener un mejor precio en su comercialización.

Asimismo, esta preocupación permanente para que la industria logre estándares internacionales de certificación y de sustentabilidad, se tradujo en un esfuerzo de diversas instituciones públicas, de investigación y privadas en la implementación de un sello de manejo forestal sustentable desarrollado en Chile, pero reconocido internacionalmente. Hoy más de 1,1 millones de hectáreas están certificadas, lo que demuestra su sustentabilidad ante los mercados internacionales.

En este mismo sentido, se ha impulsado la firma de convenios de producción limpia por parte de las empresas, de forma que otras áreas de la industria logren procesos sustentables. El sector forestal fue el primero en firmar un Acuerdo de Producción Limpia en el ámbito de la celulosa en el país, al que se suscribió una segunda versión del acuerdo para la industria de aserraderos y remanufacturas que representa el 90% de la producción de maderas a nivel nacional y se firmó recientemente un convenio para las industrias de papel periódico. Próximamamrente se hará lo mismo con las industrias de tableros y chapas.

En términos generales, estos compromisos apuntan a implementar medidas para adecuar con rigurosidad el funcionamiento de las empresas a la legislación medio ambiental vigente, e incluso establecer programas de mejoramiento continuo que van más allá de lo que plantea la ley.

Sin embargo, la preocupación ambiental del sector forestal privado a nivel gremial se remonta a más de una década, lo que se concretó con la publicación del Código de Prácticas Forestales en 1997, que analiza y recomienda diversos conceptos, prácticas y procedimientos para la buena marcha de la actividad forestal en aspectos técnicos, ambientales y sociales, relacionados con las faenas de cosecha, construcción de caminos forestales, protección contra incendios, campamentos y transporte de trabajadores, entre otras materias.

El documento fue elaborado por el Ministerio del Trabajo, las Confederaciones de Sindicatos de Trabajadores Forestales y por la Corporación Chilena de la Madera, con la asistencia técnica de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En 1998 diversas empresas forestales firmaron la declaración de valores ambientales, en la que se comprometieron a tratar responsablemente los recursos naturales, previniendo y mitigando los posibles impactos negativos mediante el uso de tecnologías apropiadas y económicamente viables. Este documento fue pionero dentro del sector empresarial chileno.

En el año 2003, 16 empresas forestales adhirieron un Convenio de Cooperación Ambiental con CONAMA, que consiste de trabajar en forma coordinada en la protección de la biodiversidad en el patrimonio de los recursos naturales renovables distribuidos entre la Séptima y Décima regiones, lo que significa difundir el manejo forestal sustentable de los bosques plantados y del bosque nativo y desarrollar actividades en áreas ambientales de interés común.

En este marco, se llevan a cabo planes específicos de conservación de especies, como por ejemplo del pitao, ruil y queules, huillín, carpintero negro y del pudú, los que se ejecutan con la colaboración de empresas y universidades. También se realizan prospecciones para determinar la presencia de especies en peligro de flora y fauna, marcación de éstas con sistema de GPS y capacitación del personal para su reconocimiento y manejo, así como investigación en bosque nativo, entre otras actividades.

Además, diversas empresas forestales han abierto parques privados para uso recreativo, habilitado senderos interpretativos, viveros educacionales en que se producen plantas nativas para la comunidad y para protección, y áreas de observación de flora y fauna silvestre, así como se llevan a cabo diferentes investigaciones lideradas por distintas Universidades.

viernes, 14 de agosto de 2009

Procesos para obtener la madera

Apeo, corte o tala: en este proceso intervienen los leñadores o la cuadrilla de operarios que suben al monte y con hachas o sierras eléctricas o de gasolina cortan el árbol y le quitan las ramas, raíces y empiezan a quitarle la corteza para que empiece a secarse. Se suele recomendar que los árboles se los corte en invierno u otoño. Es obligatorio replantar más árboles que los que se cortaron.

Transporte: es la segunda fase y es en la que la madera es transportada desde su lugar de corte al aserradero y en esta fase dependen muchas cosas como la orografía y la infraestuctura que haya. Normalmente se hace tirando con animales o maquinaria pero hay casos en que hay un río cerca y se aprovecha para que los lleve, si hay buena corriente de agua se sueltan los troncos con cuidado de que no se atasquen pero si hay poca corriente se atan haciendo balsas que se guían hasta donde haga falta.

Aserrado: en esta fase la madera es llevada a unos aserraderos. En los cuales se sigue más o menos ese proceso y el aserradero lo único que hace es dividir en trozos la madera según el uso que se le vaya a dar después. Suelen usar diferentes tipos de sierra como por ejemplo, la sierra alternativa, de cinta, circular ó con rodillos. Algunos aserraderos combinan varias de estas técnicas para mejorar la producción.

Secado: este es el proceso más importante para que la madera sea de calidad y esté en buen estado aunque si fallan los anteriores también fallara este.

Secado natural: se colocan los maderos en pilas separadas del suelo y con huecos para que corra el aire entre ellos y protegidos del agua y el sol para que así se vayan secando.Lo que le pasa a este sistema es que tarda mucho tiempo y eso no es rentable al del aserradero que quiere que eso vaya deprisa.

Secado artificial: dentro de este hay varios métodos distintos:
Secado por inmersión: en este proceso se mete al tronco o el madero en una piscina, y por el empuje del agua por uno de los lados del madero la savia sale empujada por el lado opuesto así se consigue que al eliminar la savia la madera no se pudra; aunque prive a la madera de algo de dureza y consistencia, ganará en duración. Este proceso dura varios meses, tras los cuales la madera secará más deprisa porque no hay savia.

Secado al vacío: en este proceso la madera es introducida en unas máquinas de vacío. Es él más seguro y permite conciliar tiempos extremadamente breves de secado con además:
Bajas temperaturas de la madera en secado.
Limitados gradientes de humedad entre el exterior y la superficie.
La eliminación del riesgo de fisuras, hundimiento o alteración del color.
Fácil utilización.
Mantenimiento reducido de la instalación.

Secado por vaporización: este proceso es muy costoso pero bueno. Se meten los maderos en una nave cerrada a cierta altura del suelo por la que corre una nube de vapor de 80 a 100 ºC; con este proceso se consigue que la madera pierda un 25% de su peso en agua y más tarde para completar el proceso se le hace circular una corriente de vapor de aceite de alquitrán que la impermeabilizará y favorecerá su conservación.
Secado mixto: en este proceso se juntan el natural y el artificial: se empieza con un secado natural que elimina la humedad en un 20-25% para proseguir con el secado artificial hasta llegar al punto de secado o de eliminación de humedad deseado.

Secado por bomba de calor: este proceso es otra aplicación del sistema de secado por vaporización, con la a aplicación de la tecnología de "bomba de calor" al secado de la madera permite la utilización de un circuito cerrado de aire en el proceso, ya que al aprovecharse la posibilidad de condensación de agua por parte de la bomba de calor, de manera que no es necesaria la entrada de aire exterior para mantener la humedad relativa de la cámara de la nave ya que si no habría desfases de temperatura, humedad.

El circuito será el siguiente: el aire que ha pasado a través de la madera -frío y cargado de humedad- se hace pasar a través de una batería evaporadora -foco frío- por la que pasa el refrigerante (freón R-134a) en estado líquido a baja presión. El aire se enfría hasta que llegue al punto de roció y se condensa el agua que se ha separado de la madera. El calor cedido por el agua al pasar de estado vapor a estado líquido es recogido por el freón, que pasa a vapor a baja a presión. Este freón en estado gaseoso se hace pasar a través de un compresor, de manera que disponemos de freón en estado gaseoso y alta presión, y por lo tanto alta temperatura, que se aprovecha para calentar el mismo aire de secado y cerrar el ciclo. De esta manera disponemos de aire caliente y seco, que se vuelve a hacer pasar a través de la madera que está en el interior de la nave cerrada.
La gran importancia de este ciclo se debe a que al no hacer que entren grandes cantidades de aire exterior, no se rompa el equilibrio logrado por la madera, y no se producen tensiones, de manera que se logra un secado de alta calidad logrando como producto una madera masiza de alta calidad.